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El gato se acicala

El pelo de un gato es algo más que una cuestión de apariencia. Además de ser la carta de presentación del felino, sirve de protección contra los elementos y es un aislante natural contra el frio y el calor

El gato deja de acicalarse por tres motivos fundamentales: Enfermedad, obesidad o depresión. Un gato enfermo o con  fiebre no se acicala y, cuando retorna la costumbre, es indicador de que su estado está mejorando. El gato obeso no  puede acicalarse correctamente puesto que no puede acceder a la mayoría de las zonas, lo que puede causar  inflamaciones e infecciones que deberán ser valoradas y tratadas por el veterinario. El gato deprimido tampoco se acicala y se abandona. Debemos ayudar al animal a salir de ese estado y, mientras tanto, mantenerlo limpio y aseado. El  gato mayor, senior o geriátrico también puede abandonar la costumbre de acicalarse debido a dolor o malestar. En ese  caso, aparte de consultar al veterinario sobre el estado general de salud de nuestro animal, nos encargaremos de cepillarlo periódicamente de forma que mantenga su pelaje en el mejor estado posible. 

El color del gato viene determinado por la herencia genética y, si bien en unos casos, puede suponer una clara  desventaja. Por ejemplo, el color negro, ofrece ventajas al gato silvestre,  en su actividad como cazador nocturno. Sin  embargo, el mismo color para un gato callejero en medio de la ciudad, puede convertirlo en victima de un atropello al  resultar «invisible» en la oscuridad.

Cuantos pelos

Aunque para la mayoría de nosotros pasa desapercibido, la inmensa mayoría de los gatos presentan tres tipos de pelo, que dan como resultado el manto sedoso que nos gusta acariciar. Más profundo a la piel existe un pelo corto con gran capacidad aislante, semejante al algodon, llamado «subpelo» o «pelo secundario»; otro llamado «intermedio», de longitud media y bastante duro y por último el «pelo primario» que actúa como cobertura de todos los demás. No todos los gatos presentan necesariamente las tres variantes de pelo. Incluso en alguna, ninguno. Por ejemplo el devon rex, carece de pelo y por ello es especialmente sensible a corrientes de aire, frio y calor.

Los bigotes

Mención aparte merecen los bigotes que funcionan como receptores de tacto y que se denominan vibrisas. Son extremadamente sensibles y proporcionan al gato una gran cantidad de información como, por ejemplo, la presencia de obstaculos, presas, distancia, corrientes de aire e incluso dimensiones de espacios a atravesar. Este último detalle es especialmente importante en gatos silvestres que sobreviven gracias a su instinto y su buena forma. Actualmente entre los gatos domésticos se ha extendido cierta tendencia a la obesidad que hace que no todos nuestros gatos, pasen por el espacio que limita sus vibrisas.

Las vibrisas son los primeros pelos que se desarrollan en el utero materno. Poseen el doble de grosor que cualquiera de los otros tipos de pelo y se insertan profundamente en la piel. cada pelo dispone de su propio musculo erector que le dota de movimiento y la raiz de cada uno de ellos se aloja dentro de una cápsula rellena de sangre conectada a una red de nervios sensoriales. Por eso no se deben cortar, aunque, se renuevan de forma natural cada cierto tiempo, por lo que no es raro encontrar alguno de vez en cuando. Estos pelos, denominados vibrisas dotan de expresividad a nuestro gato. Los bigotes acompañan al movimiento de las orejas, ojos, y son un claro indicador del estado de animo del felino. Los gatos tienen 4 tipos de vibrisas: Mistaciales que son los bigotes propiamente dichos. Genales, que crecen en los laterales de los ojos. Superciliares, que nacen por encima de los ojos. Mandibulares, que salen de la barbilla. Además de esos, encontramos receptores de tacto en la parte trasera de cada pata delantera.

Ritual de acicalamiento

Las sesiones de acicalamiento son especialmente meticulosas, y hay estudios que relacionan el acicalamiento al reloj biológico del felino, como ocurre en el caso de sueño. Para este ritual, el gato utiliza fundamentalmente la lengua que tiene cubierta de papilas, una especie de ganchos que apuntan hacia la parte interna y que actúan como un «peine» natural. También se ayuda de las garras delanteras para lavarse las zonas inaccesibles a la lengua, como la cabeza, la cara o el cuello. En ocasiones usan los dientes y las uñas para eliminar restos de comida o parasitos molestos.

Si alguna vez os fijais bien en el ritual de acicalamiento de un gato, comprobareis que siguen un orden en concreto. El gato se instala sentado y comienza por lamerse los labios. a continuación, humedece el lateral de una pata y se lava la parte de la cara correspondiente a ese lado, nariz, y orejas. Repite la secuencia en el otro lado. cuando la cara está limpia, empieza por las patas delanteras, hombros y laterales. a continuación, se centra en las patas traseras, primero la parte exterior y luego la parte interior seguido de la zona genital. El proceso concluye con el acicalamiento de la cola, empezando por la base hasta llegar a la punta.

Hay zonas donde el gato no puede llegar por si solo, como por ejemplo detras de las orejas y en la base del cuello. Por eso le encanta que le acariciemos en esos puntos aunque tambien agradece que otros gatos amigos, se encarguen de la limpieza de esas zonas.

Razones para el acicalamiento

Los gatos dedican muchas horas al dia para mantener su pelaje en perfecto estado. De hecho es la segunda actividad a la que más tiempo dedica, después de dormir. Parece que el acicalamiento es una conducta instintiva , pues incluso gatitos de 3 semanas, ya se inician en este arte, convirtiendose en expertos a las seis semanas de vida. Las ventajas que le proporciona esta labor son innumerables y, el mero hecho de acicalarse de forma normal, contribuye al equilibrio mental del gato. Algunos efectos beneficiosos del acicalamiento son:

  • Proteccion contra el agua y la suciedad: El acicalamiento mantiene la piel limpia, desenredada y sin pelos sueltos, lo que ayuda a regular la temperatura del cuerpo del felino. Separar cada pelo mejora la capacidad aislante puesto que distribuye las secrecciones sebáceas por toda la superficie.
  • Marcaje por olor:  El gato depende de la información olfativa y el hecho de renovar el olor propio por todo el cuerpo, contribuye a afianzar su seguridad. Por ello no es raro ver a un gato recién bañado emplearse a fondo en lamerse hasta restablecer de nuevo su olor. Un gato que caza para comer, invierte largos periodos en reinstaurar su olor propio tras el banquete. Detesta el olor de la presa puesto que delata su presencia para otras presas y le vuelve vulnerable ante otros depredadores. La sensibilidad del gato hacia otros olores le hace especialmente esmerado en el acicalamiento
  • Marcaje como acto social: Los gatos selimpian unos a otros, sobre todo en aquellas zonas donde no llegan por medios propios. Tambien suelen lamer al propietario como signo de confianza extrema.
  • Control de parasitos: una piel limpia es una piel sana. Los gatos son mucho menos propensos que los perros a las infecciones parasitarias o bacterianas de la piel y, aunque es imposible que un gato acabe con una plaga de piojos, pulgas, o garrapatas a través del lamido, si es cierto que puede deshacerse de alguno de estos incomodos «vecinos» y darnos la voz de alarma sobre la situación.

A veces el gato usará el acicalamiento como una forma de tranquilizarse. No es raro ver este comportamiento en gatos que acaban de tener un pequeño «conflicto» con otro gato de la casa o ante situaciones que le causan desconcierto como por ejemplo cuando se cae al suelo por calcular mas un salto

Cuando acicalarse se convierte en un problema

En la rutina diaria de acicalamiento, el gato puede llegar a ingerir grandes cantidades de pelo (beozares o bolas de pelo) que pueden llegar a producirle problemas de salud con síntomas dispares como vómitos y estreñimiento. Para evitar llegar a esta situación, podemos ayudar a nuestro amigo mediante el cepillado periódico y la administración de malta que ayuda a expulsar de forma natural el pelo ingerido.

Los problemas dermatológicos del gato pueden tener multiples orígenes como una deficiente alimentación, estrés, infecciones, parásitos… En casos extremos, el lamido llega a provocar zonas sin pelo y lesiones en la piel, sobretodo en la zona de flancos y cola. Suele ser la consecuencia directa de situaciones de estrés pues, como se ha comentado antes, el gato utiliza el acicalamiento como una forma de obtener bienestar. Si observamos este tipo de lesiones, es importante visitar un veterinario y descartar enfermedades fisicas antes de centrarse en un problema de comportamiento.

Cuando el pelo parece ser el problema

Contrariamente a lo que se cree popularmente, el pelo de gato no es lo que produce los sintomas alergicos en los humanos. En realidad, la responsable es la proteina alergénica denominada Fel D1, segregada a través de la saliva y de las glandulas sebáceas del felino. Cuando se acicala la piel, nuestro gato esparce esta proteina por el pelo. La concentraciones del Fel D1 sobre la piel estan bajo control hormonal, por tanto, la castracción influye notablemente en su reducción.

Actualmente, existen tratamiento para minimizar los alergénicos de superficie en los animales, que causan los sintomas de alergia en los humanos. Sin embargo, no se debe perder de vista las medidas básicas de higiene a tomar para reducir el problema: estos pasarían por aumentar la frecuencia de la limpieza y evitar los depósitos de  polvo, lavando frecuentemente las areas de descanso del gato. Todo ello contribuirá a una mejor convivencia entre persona y gato

Creando vinculos

No hay nada mas gratificante que participar en el acicalamiento del gato. Podemos disfrutar de su compañía  mientras le cepillamos suavemente, ayudando a mantener su pelo limpio y sano. En muchas ocasiones, nuestro gato, nos lamerá como una forma de demostrar su complicidad con nosotros. 

Fuente: Pelo Pico Pata

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